En otra acepción, el término «vegetal» utilizado como adjetivo alude a todo aquello perteneciente o relativo a las plantas. Por lo tanto incluye a los alimentos que proceden de plantas —cereales, verduras, hortalizas y frutas — y a otros bienes o productos no alimenticios que también provienen de ellas — madera, papel, carbón vegetal y marfil vegetal, entre muchos otros—. Asimismo, con esta misma acepción, el adjetivo «vegetal» califica a estructuras propias de las plantas —célula vegetal, tejido vegetal— y a las disciplinas de la botánica —sistemática vegetal, morfología vegetal, entre otras—.
El término «vegetal» proviene de la división tradicional de la naturaleza que realizó Aristóteles y que aún se usa en el lenguaje corriente. Así, se distinguían los animales —que crecen, viven y sienten—, los vegetales —que crecen y viven— y los minerales —que crecen, pero no viven ni sienten—. La idea de que tales divisiones pueden asociarse a tres Reinos ( mineral, vegetal y animal ) fue propuesta por N. Lemery en 1675, y popularizada por Carlos Linneo en el siglo XVIII. Por la aplicación de este concepto Carlos Linneo incluyó a los corales en el reino vegetal (Vegetabilia). En la definición clásica, entonces, se consideraba a los vegetales como carentes de órganos sensoriales, para Aristóteles no poseen percepción, deseo ni movimiento, y Linneo resalta que « no sienten».
A pesar de que con posterioridad a Linneo fueron propuestos reinos separados para los hongos, los protozoarios, y las bacterias, la concepción del siglo XVII de que solo existían dos reinos de organismos dominó la biología durante tres siglos. El descubrimiento de los protozoarios en 1675, y de las bacterias en 1683, ambos realizados por Leeuwenhoek, comenzó a crear dudas sobre la solidez del sistema de dos reinos.