Pascua - Conejo de Pascua - rompecabezas en línea
El conejo de Pascua es un personaje que aparece como un conejo, que, según la leyenda, la criatura trae canastas llenas de huevos de colores y dulces a los hogares de los niños, y por ello tiene similitudes con Papá Noel, ya que ambos traen regalos a los niños en la noche antes de su día de fiesta correspondiente. Se mencionó por primera vez en la obra de Georg Franck von Frankenau De ovis paschalibus (Acerca de los huevos de Pascua) en 1682, que se refiere a una tradición de Alsacia de una liebre que trae los huevos de Pascua.
Descripción
Se ha dicho que el Conejo de Pascua les lleva huevos y conejos de chocolate a los niños.
Historia
Aunque sus orígenes no están muy definidos, se supone que la elección del conejo se debe a su prolífica capacidad de procreación, de gran valor simbólico en una temporada de fiestas dedicadas a la fertilidad de la tierra tras el invierno.
Su uso se remonta a pueblos antiguos del norte europeo, que veían en la liebre un símbolo : sus fuertes patas traseras le permiten moverse siempre hacia arriba con facilidad, mientras que sus débiles patas delanteras le dificultan el descenso.
Desde antes de Cristo, el conejo era un símbolo de la fertilidad e inmadurez gonadal asociado con la diosa fenicia Astarté, a quien además estaba dedicado el mes de abril. En alusión a esa diosa, en algunos países centroeuropeos a la festividad de Pascua se la denomina "Easter". Ya en 1835 en Deutsche Mythologie, Jacob Grimm afirmaba la posible relación con Ostara, propuesta que fue recogida repetidamente por otros autores, incluyendo a Charles Isaac Elton y Charles J. Billson. The Westminster Dictionary of the Bible (El diccionario Westminster de la Biblia ) recoge que Easter era «originalmente la festividad de la primavera para honrar a la diosa teutónica de la luz y de la primavera, a quien se conocía en anglosajón como Easter».
El conejo como símbolo de la fertilidad y la renovación en la región alemana se transformó en una tradición en torno al Osterhase. Dentro
de esta tradición, existía una leyenda alemana en la que una mujer pobre, incapaz de ofrecer dulces a sus hijos, escondió en el jardín huevos decorados. Los niños, al ver a un conejo, creyeron que había puesto huevos.