Un coche de pasajeros o coche de viajeros, coloquialmente conocido como vagón de pasajeros o vagón de viajeros es un vehículo ferroviario utilizado para el transporte de pasajeros.
Un coche de ferrocarril consta de una caja y un sistema de rodadura. Los primitivos coches tenían como rodadura dos ejes fijos, con la caja apoyada en un sistema de suspensión. Estos ejes no podían estar muy alejados para poder tomar las curvas sin que la pestaña de las ruedas atacase los raíles, por lo que la caja debía ser corta. Más adelante el sistema mejoró y las cajas se hicieron más largas, apoyadas en dos carretones, llamados bojes (del inglés boogie), giratorios para seguir las curvas del recorrido y con dos ejes y cuatro ruedas cada uno.
Las cajas también evolucionaron, siendo las primitivas cortas, con compartimentos separados, cada uno con una puerta hacia la vía. También los había con un solo ambiente con dos filas de asientos a los lados y un pasillo central, e incluso los había descubiertos. Con la aparición de los coches largos, a los departamentos se accedia desde un pasillo lateral, de modo que los coches no tenían más que cuatro puertas, dos a cada lado, en los extremos. Un modelo, también muy frecuente en los primeros tiempos, era aquél que tenía un balconcillo en cada extremo, desde el que se accedía al pasillo central de la parte cerrada, sin departamentos y con asientos a ambos lados.
Los coches ofrecen distintas comodidades y niveles de servicio. Dentro de los coches de pasajeros se incluyen los coches - cama y los coches restaurante.