Después de Titanic, comenzó a trabajar en su siguiente largometraje durante diez años, Avatar (2009), película épica de ciencia ficción que supuso un hito en el desarrollo del cine 3D. En los años transcurridos entre Titanic y Avatar, Cameron trabajó en la creación de varios documentales submarinos y codesarrolló un nuevo sistema de cámara digital 3D. Descrito por un biógrafo como artista y científico, Cameron también ha contribuido a avances en filmaciones submarinas y vehículos ROV sumergibles. El 26 de marzo de 2012, descendió al punto más profundo de los océanos en la Tierra, el abismo de Challenger en la fosa de las Marianas, a bordo del sumergible Deepsea Challenger. Es la única persona que ha realizado esta gesta en solitario y la tercera que lo ha hecho jamás.
En total, las películas dirigidas por Cameron han recaudado alrededor de 2000 millones de dólares en Norteamérica y 6000 millones en todo el mundo. Sin ajustar a la inflación, Titanic y Avatar son las películas más taquilleras de la historia del cine con 2190 y 2780 millones de dólares de recaudación, respectivamente. El cineasta canadiense también ostenta el récord de haber dirigido dos de las cuatro únicas películas que han superado los 2000 millones de ganancias. En 2013, una nueva especie de rana descubierta en Venezuela, la Pristimantis jamescameroni, fue nombrada en su honor para reconocer sus esfuerzos en advertir sobre el deterioro medioambiental y su promoción pública del veganismo.
James Cameron es hijo del ingeniero eléctrico Philip Cameron y la enfermera y artista Shirley Lowe. Su tatarabuelo paterno emigró de Balquhidder, Escocia, en 1825. Cameron creció en Chippawa, Ontario, y estudió en la Stamford Collegiate School de la localidad de Niagara Falls. Su familia se trasladó a Brea ( California ) en 1971, cuando James tenía 17 años. Cursó estudios secundarios en los institutos Sonora y Brea Olinda.
Desde pequeño Cameron mostró interés por la ciencia. Su vocación definitiva la encontró a la edad de 15 años, al ver 2001 A Space Odyssey, de Stanley Kubrick, por la que quedó hipnotizado y fascinado por sus efectos visuales.