Más allá de las acepciones propias de la Ciencia Histórica, Ciencia de la Historia, Ciencias Históricas o Ciencias de la Historia, «historia», en el lenguaje usual, es la narración de cualquier suceso, incluso de sucesos imaginarios y de mentiras; sea su propósito el engaño, el placer estético o cualquier otro ( ficción histórica). Por el contrario, el propósito de la ciencia histórica es averiguar los hechos y procesos que ocurrieron y se desarrollaron en el pasado e interpretarlos ateniéndose a criterios de objetividad; aunque la posibilidad de cumplimiento de tales propósitos y el grado en que sean posibles son en sí mismos objetos de estudio de la Historiología o Teoría de la Historia, como epistemología o conocimiento científico de la historia.
A su vez, llamamos «historia» al pasado mismo, e, incluso, puede hablarse de una «Historia Natural» en que la humanidad no estaba presente (término clásico ya en desuso, que se utilizaba en oposición a la historia social, para referirse no solo a la geología y la paleontología sino también a muchas otras Ciencias Naturales —las fronteras entre el campo al que se refiere tradicionalmente este término y el de la prehistoria y la arqueología son imprecisas, a través de la paleoantropología—, y que se pretende complementar con la Historia ambiental o ecohistoria, y actualizarse con la denominada « Gran Historia»: campo académico interdisciplinar que se define como "el intento de comprender de manera unificada, la historia del Cosmos o Universo, la Tierra, la Vida y la Humanidad", cubriendo la historia desde el Big Bang hasta la Historia del mundo actual).
Ese uso del término «historia» lo hace equivalente a «cambio en el tiempo». En ese sentido se contrapone al concepto de filosófico equivalente a esencia o permanencia (lo que permite hablar de una filosofía natural en textos clásicos y en la actualidad, sobre todo en medios académicos anglosajones, como equivalente a la física ). Para cualquier campo del conocimiento, se puede tener una perspectiva histórica —el cambio— o bien filosófica —su esencia—. De hecho, puede hacerse eso para la historia misma (véase tiempo histórico) y para el tiempo mismo (véase Historia del tiempo de Stephen Hawking, libro de divulgación sobre cosmología). En este sentido, todo pasado en relación al presente hace alusión al tiempo y a su cronología, y por lo tanto tener historia.
En medicina se utiliza el concepto de historia clínica para el registro de datos sanitarios significativos de un paciente, que se remontan hasta su nacimiento o incluso hacer lo propio con respecto a su herencia genética.