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El pollo asado, rostizado, en brasas o a la brasa es un plato genérico elaborado con un pollo expuesto directamente al fuego, que puede provenir de un hogar casero, hasta el asador profesional rotatorio. Por regla general el asado del pollo se va haciendo con la propia grasa y jugos del mismo que circulan por la carne durante la operación de asado, es por esta razón que se debe colocar expuesto al fuego de tal forma que pueda moverse o girar y que la circulación de estas grasas y jugos sea lo más eficiente posible, los asadores rotatorios emplean este concepto de forma muy eficaz. El pollo asado es un plato global que aparece en todas las culturas cocinado, o acompañado de diferentes formas.
Historia
El pollo asado era uno de los platos preferidos del rey Ricardo Corazón de León, en el siglo XII. En la Europa de esa época, el pollo asado era un plato exclusivo.[1]
Métodos de preparación
Por regla general basta con frotar a mano toda la superficie con grasa ( mantequilla ) o aceite y sal. Opcionalmente, antes de esta operación, se puede introducir cualquier relleno antes de asar, como cebolla picada, pimientos, etcétera, y algunas hierbas aromáticas. En algunas ocasiones se somete al pollo a un lardeado con beicon, pero esta operación es más adecuada para los casos de pollo al horno. Tras la operación de relleno, se cose o se ata el pollo para evitar que se pierda el relleno. En los locales comerciales en los que se prepara el pollo asado para ser introducido en un envase, se suele picar en trozos con unas tijeras de ave, generalmente en cuartos.
A la brasa o al carbón
El pollo adobado se expone a las brasas, bien sea sobre una parrilla o mediante varas (que pueden o no ser giratorias) a pocos centímetros del carbón, que puede ser de leña o de piedra.
Espiedo
Los asadores rotatorios o espiedo permiten asar al mismo tiempo una gran cantidad de pollos.