Muchas de estas producciones han llegado a ser considerablemente atractivas a nivel mundial y han contribuido a la expansión de la llamada ola coreana, debido a que frecuentemente poseen millonarios presupuestos además de ser protagonizadas por actores coreanos y cantantes de K-pop con fama mundial, en una industria de entretenimiento consolidada. Si bien, su principal vía de difusión es por medio de la televisión tanto en su país de origen como en otros lugares, con el paso de los años han obtenido notoriedad a través de videoclubs físicos o en línea a través de streaming.
La primera serie de televisión fue transmitida por Korean Broadcasting System (KBS) en 1962 fue la histórica Gukto Manri (국토 만리; 國土萬里), dirigida por Kim Jae Hyung, donde se representó la era Goryeo. En la década de 1960, los televisores eran de disponibilidad limitada, por lo tanto los dramas no podían llegar a un público más amplio. Ya en la década de 1970, los aparatos de televisión comenzaron a extenderse entre la población en general, y los dramas pasaron de representar figuras históricas, a la introducción de héroes nacionales como Lee Sun Shin o Sejong el Grande. Asimismo, los dramas contemporáneos trataban sufrimientos personales, tales como la del guionista Kim Soo Hyun, La madrastra (새엄마), transmitido por Munhwa Broadcasting Corporation (MBC) entre 1972 y 1973. A medida que la tecnología y el financiamiento era limitado, los canales surcoreanos no tenían recursos para hacer series en géneros como acción y de ciencia ficción, por lo tanto programas de ese tipo provenían desde Japón, Estados Unidos u otros países en su lugar.
La década de 1980 vio un giro en la televisión coreana, con la llegada de imágenes en color. Los dramas modernos trataron de evocar la nostalgia de los habitantes de las ciudades al describir la vida rural. El guionista Kim Soo Hyun produjo su primer éxito comercial, Amor y Ambición (사랑과 야망), que salió al aire en MBC durante 1987 y es considerada como un hito de la televisión coreana, después de haber registrado una audiencia de 78%. Se considera que la serie histórica clásica más sobresaliente de la época fue 500 años de Joseon (조선 왕조 500년), una serie que duró ocho años y consta de 11 series separadas. La serie fue producida por Lee Byung Hoon, que años más tarde dirigió a uno de los mayores éxitos internacionales de drama coreano, Una joya en el palacio (대장금; 大長今).
La década de 1990 trajo otro hito importante para la televisión coreana. A medida que la tecnología era desarrollada, nuevas oportunidades surgieron, y el comienzo de la década marcó el lanzamiento de un nuevo canal comercial, Seoul Broadcasting System (SBS), que facilitó y reinició una carrera por captar la atención de los espectadores. Uno de los éxitos comerciales de esa época fue Ojos del amanecer (여명 의 눈동자), emitida en 1991 por MBC, protagonizada por Chae Shi Ra y Choi Jae Sung, la serie llevó a los espectadores a través de los tiempos turbulentos desde la ocupación japonesa a la guerra de Corea.