La vida es tan corta y perdemos tanto tiempo preocupándonos, quejándonos y comparándonos con los demás. Estamos esperando algo más grande, mejor, más espectacular, en lugar de centrarnos en lo hermosa que es la vida. Cuántas sorpresas agradables experimentamos todos los días. Milagros que todos damos por sentado. Sin embargo, la felicidad se encuentra en todas partes. Debajo de cada piedra, junto a cada árbol, y en cada vista de la tierra o el cielo. Si nos detenemos por un momento, observamos y escuchamos, veremos mucho más. La naturaleza no es muda, los humanos nos hemos vuelto sordos a su suave voz. Cada día tenemos la oportunidad de observar el mundo detenidamente y aprender mucho sobre nosotros mismos y los demás. Cada día podemos comprender aún más profundamente quiénes somos, podemos creer aún más en nosotros mismos y sentir de todo corazón cuánta ayuda nos está llegando de la Madre Tierra y del Universo entero.. Disfrutemos de la energía de la vida, de la que tanto hay en la naturaleza en esta época del año. Inhalemos su fuerza y dejemos que nos guíe. Aprendamos a sentirlo y a confiar en él. Creamos que nos lleva a donde debemos ir. Sintámonos parte de la naturaleza y, como la naturaleza, dejemos de mirar hacia adelante. Vivamos ahora disfrutando de lo que es. No pensemos en la muerte, porque sólo hay vida en muchos niveles de energía y en formas infinitas. Y la muerte es sólo una transición de una vida a otra. La naturaleza está reviviendo constantemente.