Generalmente, se instala en pequeños puestos o kioscos (aunque a veces le basta con una simple mesa donde exponer la mercancía ) en las aceras de las calles más transitadas de distintas partes de una ciudad ; de igual forma, el buhonero también puede deambular sin necesidad de un local específico cargando consigo lo que busque vender: ropa, música, artículos artesanales, libros, películas, etcétera.
Debido a su calidad de informal y su considerable expansión en distintos lugares públicos de la ciudad, la buhonería es vista por ciertos sectores de la sociedad como problemática y molesta. Sin embargo, los bajos precios y el fácil acceso a distintos productos que ofrece el buhonero hacen de él una alternativa rentable y eficiente para gran parte del mercado consumidor.
El buhonero en la actualidad es muy criticado, ya que este no está en la obligación de abonar impuestos como las empresas o negocios[cita requerida]. Por ello, hay una constante lucha entre la economía formal e informal. Caso distinto es el de los vendedores ambulantes que venden sus mercancías en los populares mercadillos ( muy arraigados en España ) que suelen ser un día fijo de la semana (según el pueblo, barrio o ciudad ), por cuya utilización del espacio público pagan los impuestos correspondientes.
Los productos ( bienes o servicios) se dirigen principalmente al consumo de personas que habitan en lugares residenciales ( viviendas o casas ), o bien en movimiento ( peatonal o movilizadas por medios mecánicos por ejemplo autos, buses o micros) o asistentes a centros de atracción coyuntural (eventos de variadas índoles) o usuarios de establecimientos de prestación de servicios (educacionales, de salud, penitenciarios y otros).
Así mismo, el comercio ambulante ( o bien ambulantaje, en México ) es el término empleado para describir una actividad comercial no afincada territorialmente en un lugar determinado; es ejercida por una persona o por un número reducido de personas (generalmente vinculadas por parentesco o por amistades preexistentes) que intercambian productos por dinero en efectivo del cliente y comprador, sin que intermedie comprobante alguno (boleta, factura o contrato ), ni respaldo o seguro por las transacciones realizadas.
El comercio ambulante admite diversas subdivisiones o perspectivas de análisis.