El término, se refiere más comúnmente al vehículo híbrido eléctrico, que combina un motor de combustión interna y uno o varios motores eléctricos. Otros tipos de sistemas de propulsión híbridos incorporan una celda de combustible, supercondensador, motor de aire comprimido o batería inercial, en combinación con un motor de combustión o eléctrico.
Según el sistema utilizado, un vehículo híbrido puede tener una mayor eficiencia energética. Esto puede deberse al uso de un motor más pequeño, y la utilización de sistemas de recuperación de energía (tales como frenos regenerativos). Como consecuencia del menor consumo energético, se obtienen beneficios económicos y ambientales. Sin embargo, algunas tecnologías híbridas tienen perjuicios ambientales, por ejemplo la producción y reciclado de baterías.
Fuentes de potencia para los vehículos híbridos, incluye:
Carbón, madera u otros sólidos combustibles
Gas natural comprimido
Electricidad
Campos electromagnéticos, radiofrecuencias
Batería de tracción
Vehículos de tracción humana
Vehículo de hidrógeno
Sistema de almacenamiento de energía recargable (RESS)
Gasolina o gasóleo
Solar
El ciclomotor, la bicicleta motorizada, incluso el patinete eléctrico son una forma sencilla de híbrido, la potencia se entrega tanto a través de un motor de combustión interna o motor eléctrico como con los músculos del ciclista. Los primeros prototipos de motocicletas en el siglo XIX utilizaban los mismos principios para mover el vehículo.
En una " bicicleta de híbrida" los pedales y un motor están acoplados mecánicamente en la transmisión, con la rueda trasera o con la rueda delantera, utilizando un elemento de transmisión como por ejemplo: el uso de un motor de cubo, un rodillo de presión en un neumático, o una conexión a una rueda.