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Un clúster industrial (o simplemente clúster) es un concepto nacido a principios de la década de los 90 como herramienta para el análisis de aquellos factores que permiten a una industria específica incorporar nuevos eslabones en su cadena productiva, los factores que determinan el uso de nuevas tecnologías en sus procesos, y los factores determinantes de la generación de actividades de aglomeración.[1] Estas ideas provienen del trabajo pionero de Michael Porter y colaboradores,[n 1] quienes analizan la adquisición —por parte de concentraciones territoriales de empresas— de ventajas comparativas en ciertos sectores del comercio manufacturero mundial.[2]
En este contexto, Porter define «clúster» como concentraciones de empresas e instituciones interconectadas en un campo particular para la competencia,[3] pudiéndose observar en el mundo gran variedad de clústeres en industrias como la automotriz, tecnologías de la información, turismo, servicios de negocios, minería, petróleo y gas, productos agrícolas, transporte, productos manufactureros y logística, entre otros.
Desde el trabajo pionero de Porter sin embargo, han aparecido una gran variedad de investigaciones, enfoques y perspectivas de análisis, lo que en la práctica no permite afirmar a priori una definición que satisfaga o reúna los elementos que cada autor considera como relevantes; en efecto,
En lo que sí la mayoría coincide es en que el análisis clúster es un instrumento analítico de gran utilidad a la hora de describir la complejidad de las actividades productivas y para comprender la relación que éstas tienen con el territorio,[5] aunque algunos autores indican que se podría apreciar una convergencia de definiciones con la de distrito industrial de Marshall.[2]
Sin embargo, es posible indicar algunas definiciones representativas de lo que es un clúster, además de algunos elementos inherentes a su conceptualización, pudiéndose agrupar en tres grandes grupos: clústeres industriales, clústeres regionales y distritos industriales,[4] que difieren en las metodologías desarrolladas para afrontar su análisis.
Taxonomía tipológica de los clústeres
Relacionado al desarrollo económico de clústeres
Siguiendo el desarrollo del concepto de redes interorganizacionales en Alemania y el desarrollo práctico de clústeres en el Reino Unido, diversos autores indican la existencia de al menos cuatro métodos que permiten identificar la existencia de un clúster, a saber:
Clúster geográfico,
Clúster sectorial, donde diversas empresas operan en conjunto en un mismo sector comercial.
Clúster horizontal, en la que existen interconexiones entre empresas en un mismo nivel, con el fin de compartir los recursos.
Clúster vertical (por ejemplo, una cadena de suministro)También se espera -particularmente en el modelo alemán de redes organizacionales- que las empresas interconectadas deban interactuar y tomar acciones corporativas al menos en dos niveles distintos de las organizaciones involucradas.
Clúster de sistema de valor
Es el más común de los clústers de negocios. Los sistemas de valor, son grupos de negocios que compran y venden sus productos o servicios entre ellos y con terceros. La proximidad física de los proveedores y los compradores permite reducir los costos y una mejor adecuación de la oferta y la demanda. El abasto y los inventarios, requieren una estrecha cooperación entre empresas.[6] La cadena de valor se constituye con actividades sustantivas y de apoyo, todas sus actividades aportan valor al producto/servicio y contribuyen al margen de utilidad en la empresa. Las actividades de las Cadenas agrupadas en el Sistema de valor, generan sinergias (proveedores, empresa con sus departamentos, distribuidores), que agregan valor con sus atributos, calidad y precio, en la percepción del cliente; lo que contribuye a la competitividad de las empresas.