Plaza de toros - rompecabezas en línea
Las plazas de toros, también conocidas como cosos taurinos, son recintos cerrados, generalmente circulares y descubiertos, donde se celebran las corridas de toros. De construcción más moderna también hay plazas de toros cubiertas. Sus estilos arquitectónicos son diversos de acuerdo al mayor o menor grado de antigüedad, si bien en la actualidad predominan las de estilo neomudéjar. Tienen su origen en la Europa antigua. Principalmente consiste en un anfiteatro cerrado de forma aproximadamente circular con graderías y servicios que rodean un espacio central donde se realiza el espectáculo taurino, llamado ruedo o redondel –un terreno de tierra batida ( arena o albero)– rodeado de un callejón donde se preparan y refugian los toreros y subalternos. El callejón está separado del ruedo por una estructura o pared, generalmente de madera y de aproximadamente 150 centímetros del altura, que posee estribos hacia el ruedo y en ocasiones también hacia el callejón para facilitar el acceso de los alternantes en caso de emergencia. Dispone de portones de acceso batientes para la entrada y salida de los participantes ( puerta de cuadrilla) y de los toros ( puerta de toriles y de arrastre) aunque la cantidad y disposición de estos accesos varía de un recinto a otro.
También hay plazas de toros portátiles, construidas a base de una estructura metálica o de otro tipo para aislar un espacio y que se montan y desmontan tradicionalmente en pueblos y ciudades que no disponen de una plaza fija.
Historia
El desarrollo de recintos con características específicas para la realización de corridas de toros está relacionado con la popularización y la profesionalización de los espectáculos taurinos.
Si bien en la antigüedad los anfiteatros romanos tenían características similares a las de las actuales plazas de toros, de hecho las plazas de toros de Nimes y Arlés, en Francia, son anfiteatros romanos, y el origen de las corridas está muy relacionado a las antiguas tradiciones romanas.[cita requerida]La tauromaquia es la evolución de los trabajos ganaderos de conducción, encierro y sacrificio en los macelos o mataderos urbanos que comenzaron a construirse en España durante el siglo XVI. Estos profesionales de la conducción del ganado vacuno, entonces todo bravo, y los matarifes aportaron creatividad y virtuosismo a las tareas más arriesgadas, que inmediatamente fueron de interés para los más diversos espectadores.