Pistacia vera - rompecabezas en línea
El alfóncigo,[1] alfónsigo[2] o pistachero[3] (Pistacia vera L.), Anacardiaceae, o algunas veces Pistaciaceae) es un árbol pequeño del género Pistacia, originario de las regiones montañosas de Grecia, Siria, Turquía, Kirguistán, Turkmenistán, Irán, Pakistán y Afganistán occidental, que produce un importante fruto para uso culinario llamado pistacho,[4] o alfóncigo.[1] A la Pistacia vera se la confunde a menudo con otras especies del género Pistacia, pueden diferenciarse de la P. vera por su distribución geográfica originaria y por sus frutos, más pequeños, con un intenso sabor a trementina y un pericarpio (cáscara) duro.
Tiene como principal productor a Irán, con 472 097 toneladas de pistachos en 2011.[5]
Historia
El alfóncigo moderno, Pistacia vera, fue plantado por primera vez en Asia occidental. Su cultivo se extendió al mundo mediterráneo pasando por Irán Central, donde ha sido una cosecha importante durante mucho tiempo. El manuscrito escrito por Anthimus, a principios del siglo VI d. C. “ De observatione ciborum” (Acerca de la observación de los alimentos) indica que los pistachos (pistacia en latín vulgar) eran bien conocidos en Europa hacia el final de los tiempos de la dominación Romana.
Para su venta en el mundo de habla inglesa, el alfóncigo se ha cultivado más recientemente en Australia, Nuevo México y California.[6] El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) introdujo este árbol a California alrededor de 1904, pero no fue promovido como un producto comercial en California hasta 1929.[6]
Biología
El alfóncigo crece hasta los 10 metros de altura y tiene hojas pinnadas, con (1)3 a 5 folíolos de 10-20 centímetros (4-8 pulgadas) de largo, que se desprenden en la estación fría.
Es una planta desértica y por esto tiene una alta tolerancia al suelo salino. Se ha informado que crece bien cuando se la irriga con agua que contiene 3000-4000 ppm de sales solubles.[6] Los alfóncigos son bastante resistentes bajo las condiciones correctas, y pueden sobrevivir en temperaturas que van desde –10 °C en invierno, hasta 40 °C en verano. Necesitan estar orientados hacia el sol y en suelo bien drenado.
Los alfóncigos no se desarrollan bien en condiciones de alta humedad, sino que son susceptibles a que sus raíces se pudran durante el invierno si reciben demasiada agua y el suelo no tiene suficiente drenaje libre.