Habita en aguas lentas, preferentemente en charcas y estanques, aunque se puede encontrar en zonas de mayor corriente, como los ríos; no obstante, en éstos prefiere las zonas de tablas o pozas a los rápidos. Requiere de mucha vegetación en los márgenes del curso de agua, pues tiende a cobijarse entre la masa vegetal.[3] Posee una gran tolerancia a la baja oxigenación de las aguas, lo que las hace muy aptas para la cría en estanques; tampoco requieren aguas de gran calidad, en cuanto a otras características.
T. tinca presenta dimorfismo sexual: los machos, a diferencia de las hembras, poseen las aletas pectorales con los primeros radios típicamente engrosados y un engrosamiento característico en el punto de inserción de dichas aletas. Igualmente, las aletas ventrales de los machos tienen el radio o nervio exterior claramente engrosado, son de mayor tamaño y plegadas cubren el orificio anal, situación que no se produce en las hembras.
Es un pez muy común que distribuye por la mayor parte de Europa; en origen, era un pez europeo, pero su interés en pesca deportiva ha provocado su introducción en cursos de agua de Chile, Australia, Nueva Zelanda, África, Norteamérica, sudeste asiático y recientemente en Brasil.[2]
Posee gran interés en acuicultura: según la Organización de Productores Piscicultores (OPP) la producción europea en el año 2000 alcanzó casi 1500 Tm, correspondiendo a Francia 700 Tm (70,4%), seguida por España con 160 Tm (16,1%), 116 Tm en Alemania (12,0%) y Bélgica con apenas 15 Tm (1,5%).[2]
Es un pez de aguas templadas cuyas procesos reproductivos se desencadenan a temperaturas superiores a los 18º C. La puesta que puede llegar a alcanzar un peso superior al 10% del peso de vivo de la hembra, está compuesta por huevos de pequeño tamaño, en torno a 1 mm de diámetro y una cantidad de unos 2000 huevos por kilogramo de pez.