En la Iglesia católica y en las ortodoxas, en las cuales se cree en la intercesión de los santos, el santo patrón (o santo patrono o simplemente patrono) es un santo que tiene una afinidad especial con una comunidad o un grupo específico de personas y a cuya intercesión se acogen los miembros de esos colectivos. Los términos patrón y patrono (del latín, patrōnus) son sinónimos de defensor y protector. Los santos patronos son considerados por muchos creyentes como intercesores y abogados ante Dios, sea de una nación, un pueblo, un lugar, una artesanía o actividad, una clase, una congregación, un clan o una familia.[1]
La veneración hacia los santos: los santos patronos
El Concilio Vaticano II expresó el vínculo de veneración hacia los santos cuyos carismas los hacían recomendables a la devoción e imitación de los fieles:
En España la mayor parte de las localidades tienen un patrón y una patrona, en cuyo honor se celebran las fiestas mayores de la localidad. Los patrones son santos o advocaciones de Cristo y las patronas santas o advocaciones de la Virgen.
La veneración de los santos en la Iglesia católica se sustenta (aunque no explícitamente) en la Biblia (en libros como Macabeos) y en la Sagrada Tradición, que ésta atestigua que los primeros cristianos sí creían en la intercesión y por ende veneración de los santos.
La posición protestante frente al patronazgo o veneración de los santos
Algunas sectas y congregaciones protestantes desconocen el patronazgo de los santos y su veneración basándose en su interpretación de la Biblia y desestimando escritos posteriores de cualquier otra autoridad humana por considerarlos carentes de la inspiración del Espíritu Santo que sí le atribuyen a los escritos canónicos. Sin embargo, protestantes como los luteranos y los anglicanos sí que aceptan la veneración de los santos y su patronazgo.
Al ser Cristo el único mediador entre Dios y los hombres, niegan la necesidad de terceras figuras que intercedan ante el Mediador. Según 1ª Timoteo 2:5 (Primer Epístola del apóstol San Pablo a Timoteo)[3] y también según Hebreos 4:14-16 (Epístola a los Hebreos)[4]
Santos patronos de colectivos
abogados - Santo Tomás Moro, san Ivo de Kermartin, san Raimundo de Peñafort y san Alfonso María de Ligorio;
aborígenes de Canadá - Santa Catalina Tekakwitha;
acólitos y monaguillos - San Tarsicio, santo Dominguito de Val, santo Domingo Savio y san Juan Berchmans;
actores - San Ginés de Roma.
administradores de fincas - Santo Domingo de la Calzada.
