Dependiendo de la especie, los coronavirus pueden causar diversas afecciones,[6] desde el resfriado común hasta enfermedades más graves,[5] como bronquitis,[5] bronquiolitis,[7] neumonía,[5] el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV),[6] síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV),[6]entre otras.
Hasta la fecha se han registrado treinta y nueve especies de coronavirus.[1] Varias especies son de reciente investigación [6] debido a que varias cepas particulares no habían sido identificadas previamente en humanos.[8] Existe poca información sobre la transmisión, gravedad e impacto clínico[8] y no existen tratamientos aprobados hasta la fecha,[6] sin embargo se pueden tratar varios de los síntomas, las opciones terapéuticas dependen del estado clínico de cada paciente.[6]
El género Alphacoronavirus —anteriormente conocido como Coronavirus grupo 1 (CoV-1)— incluye los subgrupos 1a y 1b, cuyos integrantes más representativos son el coronavirus humano 229E (HCoV-229E) y HCoV-NL63, así como la nueva especie alfacoronavirus 1 —incluyendo virus de la gastroenteritis transmisible porcina (TGEV)—, respectivamente. El género Betacoronavirus —anteriormente Betacoronavirus grupo 2 (Cov-2)— incluye varios subgrupos. Los más prominentes (subgrupos 2a y 2b) tienen como especies tipo las especies de coronavirus murino —incluido el virus de la hepatitis de ratón (MHV)– y el SARS-CoV, respectivamente. Los géneros Alphacoronavirus y Betacoronavirus provienen del pool genético que tiene a murciélagos como huésped. El género Gammacoronavirus incluye todos los coronavirus aviares identificados hasta el año 2009.[9][10]
El ancestro común más reciente del coronavirus se ha encontrado en el siglo IX a. C. Estudios realizados durante 1990 lograron datar los ancestros comunes más recientes de los géneros:
Betacoronavirus: 3300 a.