La manera de designar a este color se encuentra regionalizada. Dependiendo de la adjetivación cromática habitual en su región de origen, cada hispanohablante se referirá al color como «marrón», « pardo », «castaño», « café », «carmelita» o « chocolate » sin que la preferencia por un vocablo u otro denote un tono particular de marrón. Por el contrario, «canelo» denota una coloración más específica, similar a la de la canela.
Pardo (del latín pardus y del griego párdos, ‘ leopardo ’) designaba originariamente al color predominante del pelaje del leopardo (Panthera pardus) y es, de esta lista, probablemente el vocablo más antiguo. En idioma castellano aparece en el siglo X.
De una manera general e inespecífica, « pardo » alude a las coloraciones rojas a amarillo anaranjadas, medias a oscuras y de saturación moderada a muy débil. También se puede decir « pardo » por ocre, ocre claro, ocre oscuro, castaño, grisáceo, gris, desaturado, sucio, oscuro u opaco.
A un nivel más técnico podemos referirnos al color pardo estándar, es decir al que se encuentra normalizado y aparece en catálogos y guías de colores. En este contexto, la denominación de color « pardo » incluye a un conjunto de tonalidades parecidas al estándar, llamadas parduscas, pardiscas, parduzcas, amarronadas o marronáceas.
Castaño (del latín castanĕa, ‘ castaña ’) se dice generalmente al color castaña, que corresponde a la pigmentación de la cáscara del fruto del castaño.
En Cuba, Argentina, España y Uruguay, donde se lo sustituye frecuentemente por el galicismo marrón, se usa sin embargo castaño para denotar un color de cabello y de ojos, lo mismo que en Chile y ocasionalmente en Panamá. También se ha usado para indicar el color del pelaje de los animales y el color de la tierra. Un color también puede llamarse acastañado para indicar que es próximo al castaño.
Marrón, del francés marron (‘ castaña comestible, color castaño’), es un galicismo por castaño que se usa en Cuba, Argentina, España, Perú, Uruguay y, menos frecuentemente, en Chile ; también se usa en Bolivia y Venezuela.[cita requerida]
El marrón se origina en el castaño, pero es inespecífico, es decir que ya no guarda fidelidad a su referente original, aunque para los diccionarios en español el referente sigue siendo el parecido al color de la cáscara de la castaña. Nótese que en francés al color marrón se le llama en general brun, aunque también se utiliza marron.
Café (del italiano caffè, este del
turco kahve, y este del árabe clásico qahwah ) se basa en el color de la bebida homónima o en el de las semillas tostadas del cafeto (Coffea sp.). Se usa en varios países de Hispanoamérica: Bolivia, Colombia, Guatemala, El Salvador, Honduras,[cita requerida] México, Costa Rica, Chile, Ecuador y Uruguay.
Carmelita (del italiano carmelita, derivado de
Carmelo, monte de Israel ) se emplea en Cuba, en alusión al color del
hábito de los frailes de la orden de los Carmelitas. Esta coloración puede ser clara, acanelada, pardo bermejiza o pardusca. En Colombia a veces se dice carmelito.[cita requerida]
Chocolate (posiblemente del náhuatl xocoatl, de xoco, ‘amargo’, y atl, ‘ agua ’) se emplea en Panamá para designar al marrón, en alusión al color del llamado chocolate negro. Los vocablos marrón, pardo, café, canela y castaño —mas no carmelita— son entendidos por el hispanohablante panameño, aunque no utilizados frecuentemente.