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Manuel Larramendi (Andoain, Guipúzcoa, 25 de diciembre de 1690 - Azpeitia, Guipúzcoa, 29 de enero de 1766) fue un escritor, sacerdote, filólogo e historiador español, impulsor de la lengua y la cultura vascas durante la época de la Ilustración y célebre apologista, considerado como precursor del foralismo y del guipuzcoano literario y primer folclorista vasco​

Biografía

Nacido en Andoain, su verdadero nombre era Manuel de Garagorri Larramendi, pero, al parecer, ciertas diferencias con su padre hicieron que adoptara el apellido materno probablemente​ pues ya era conocido como Manuel Larramendi de pequeño, cuando asistía a la escuela de Hernani.​ Cuando tenía doce años murió su padre ; su tío lo llevó al colegio de los jesuitas de Bilbao, donde trabajó como criado durante un tiempo. A los diecisiete años ingresó en la compañía y realizó sus primeros estudios en Villagarcía de Campos, posteriormente estudió filosofía en Medina del Campo, para luego marchar a la Universidad de Salamanca a estudiar teología.​

Entre 1715 y 1720 permaneció en Salamanca, donde fue profesor de gramática durante un año y pronunció el sermón en honor a la difunta reina Margarita 1716.​ En 1720 empezó enseñar filosofía en Medina del Campo, tarea a la que se dedicó por cuatro años y en 1730 volvió a Salamanca, para ser maestro de alumnos. En aquella época se le encargaron distintas oraciones fúnebres, discursos y piezas de oratoria, entre otras en 1724 una oración para los funerales de Luis I.​ Posteriormente marchó a Valladolid, al colegio San Ambrosio, a predicar y a enseñar teología moral.

No volvería a ejercer la docencia, pues fue nombrado confesor de la viuda de Carlos II, Mariana de Neoburgo. Debido a distintos rumores que se levantaron contra él y la reina, Larramendi acudió a Sevilla, donde su buen nombre fue restituido por Felipe V, para luego retirarse al Santuario de Loyola (Azpeitia). La primera referencia acerca de él en el santuario data de 1734 donde aparece como "operarius et concionator".​ Allí permaneció por 30 años, hasta su muerte, no sólo escribiendo en favor del euskera, sino incluso tomando parte en problemas municipales a modo de mediador.

Es considerado uno de los personajes más brillantes y de lengua más afilada en la historia de las Vascongadas, pues además de defender su lengua materna, participó en muchas discusiones y debates acerca de este idioma ​ y se puede considerar líder o unos de los grandes referentes de muchos escritores de su época; entre ellos se encontraban Joaquín de Lizarraga, Sebastián Mendiburu y Agustín Kardaberaz.​

Obra

Debido a que la mayoría de sus contertulias se realizaban en castellano, gran parte de su obra está en la lengua de Cervantes. Toda gira en torno a una misma temática, la personalidad, formas de gobierno e idioma de las Vascongadas y aunque su obra se publicó en castellano, su influencia en la literatura en euskera fue determinante en el nacimiento del movimiento apologético.

Larramendi defendió el euskera de la siguiente manera:

Ponía en ridículo a aquellos que lo menospreciaban y animaba a los euskaldunak a sentirse orgullosos de ella.Impulsó, animó y defendió a aquellos que utilizaban y trabajaban el euskera.

En castellano

De la antigüedad y universalidad del Bascuenze en España (1728)

Larramendi realiza en esta obra una apología y defensa a ultranza del euskera tal y como muestra el título mismo.

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