El cavernícola de Pinhole es una figura del Paleolítico tardío de un hombre grabado en un hueso de costilla de un rinoceronte lanudo, hallada en Creswell Crags, en Inglaterra.[2]
El rinoceronte lanudo estaba bien adaptado a su ambiente. Fue el último y más especializado miembro del linaje evolutivo de los rinocerontes del Pleistoceno. Los miembros cortos y su grueso pelaje lanudo le permitían vivir en el ambiente de estepa - tundra que prevalecía a través de la ecozona paleártica durante las glaciaciones del Pleistoceno. Como la vasta mayoría de los rinocerontes, el plan corporal del rinoceronte lanudo se ajustaba a una morfología conservadora, que había heredado de sus ancestros del Eoceno tardío.
Un estudio realizado con muestras de ADN de 40 000-70 000 años de edad mostró que su pariente vivo más cercano es el rinoceronte de Sumatra, que vive en el Sureste Asiático.[3]
La apariencia externa de los rinocerontes lanudos es conocida a partir de individuos momificados de Siberia, así como de pinturas rupestres.[4] Un rinoceronte lanudo adulto medía generalmente entre 3 y 3,8 metros de longitud, con un peso estimado de 2721-3175 kilogramos.[1] El rinoceronte lanudo podía llegar a los dos metros de alto;[1] por tanto, su tamaño corporal era comparable o levemente mayor que el del actual rinoceronte blanco.[5] Tenía dos cuernos compuestos de queratina, con el cuerno anterior sobre la nariz alcanzando los 61 centímetros de longitud,[6] y un cuerno posterior más pequeño entre sus ojos. Los cuernos eran excepcionalmente largos y lateralmente aplanados, sobre todo el primero, que podía alcanzar un metro de longitud, tan diferentes de los de otros rinocerontes que cuando se descubrieron los primeros cuernos aislados y congelados en Siberia en el siglo XIX, fueron clasificados inicialmente como zarpas de aves gigantescas.[7] Tenía pelo largo y grueso, orejas pequeñas, patas cortas y gruesas, y un cuerpo robusto.