el estudio de la historia de ariel - rompecabezas en línea

Historia de la ciencia y la tecnología en España es la denominación con que se suele incluir la historia de la ciencia y la historia de la tecnología en España. Al no existir un consenso académico son igualmente usadas las designaciones historia de la ciencia en España, historia de la ciencia española, historia de la ciencia y la tecnología españolas o historia de la ciencia y de la técnica en España.​

El mismo deslindamiento de qué llamar ciencia, qué técnica y qué tecnología es un asunto delicado, del que se ocupan los estudios de ciencia, tecnología y sociedad, de reciente definición. Mientras que las actividades científicas y técnicas son tan antiguas como el ser humano, el establecimiento de una verdadera tecnología (entendida como la integración de conocimientos sistemáticos, recursos materiales, habilidades y procedimientos técnicos aplicados a la trasformación de un proceso productivo con una metodología consciente —que supere el nivel de lo artesanal—), ha de esperar a la Edad Contemporánea, momento que para el caso de España llegó con un notable atraso, en comparación con la precocidad y empuje con que entró en la modernidad.

Pocos científicos españoles (con excepciones como Servet o Cajal) fueron protagonistas de los cambios de paradigma que caracterizaron las sucesivas revoluciones científicas; por eso, buena parte de los estudios de historia de la ciencia consisten en el rastreo de su recepción en España, y lo mismo sucede con las transferencias tecnológicas. Hasta tal punto la ciencia y la tecnología han sido en España, hasta la primera mitad del siglo XX, una «realidad marginal en su organización y contexto social »,​ que tal marginalidad se llegó a convertir por décadas en una especie de estereotipo nacional español difundido y celebrado por algunos medios extranjeros, unas veces rechazado por impropio o injurioso y menos veces asumido con orgullo y desdén, como en la lapidaria expresión de Miguel de Unamuno, cuyo repetido uso y abuso produjo por años un tópico o cliché utilizado con sentidos opuestos: «¡Que inventen ellos!»​

El uso del masculino ellos, tampoco es casual.​ El predominio de varones en ciencia y tecnología como en otras naciones europeas, ha sido casi absoluto históricamente, y únicamente ha sido desafiado en términos cuantitativos desde la segunda mitad del siglo XX tratando de poner en valor y visibilizar las personalidades femeninas significativas en estos campos.

Presente y normativa

En los últimos años, España ha alcanzado una alta posición (la novena, con el 2,5 % de las publicaciones) en los rankings científicos internacionales,​ pero se enfrentó a los fuertes recortes presupuestarios de la crisis de 2008-2013.​ Una de las debilidades del sistema español de ciencia y tecnología (o sistema nacional de innovación )​ era la carencia de inversiones en I+D+i de muchas empresas privadas y, consecuentemente, su dependencia de las inversiones públicas, una diferencia destacable con otros países industrializados.​ No obstante, desde la segunda década del siglo XXI, la salida de las empresas privadas al exterior, obligadas por la crisis, ha tenido como consecuencia la necesidad de competir y sobrevivir en el mercado global, generando una mayor aplicación científica y tecnológica, y consecuentemente una mayor inversión privada en investigación.

Con muchos cambios en los últimos años, desde el ámbito gubernamental, al menos tres ministerios (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Ministerio de Economía y Competitividad –que incluye la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación, anteriormente de rango ministerial como Ministerio de Ciencia e Innovación – y Ministerio de Industria, Energía y Turismo ) comparten actualmente competencias sobre esta área, regulada por la Ley 14/ 2011, de 1 de junio de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación.​ Existe un Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación,​ y una red de Organismos Públicos de Investigación (OPI), con el CSIC en su vértice, Grandes Instalaciones Científicas (GIC), Instalaciones de Tamaño Medio (ITM) y parques científicos y tecnológicos (Asociación de Parques Científicos y Tecnológicos de España, APTE).

Introducción histórica

A pesar de su dificultad metodológica (ausencia de fuentes escritas), la reconstrucción de aspectos del pensamiento precientífico y pretecnológico (interpretación y transformación de la naturaleza ) en épocas prehistóricas se ha intentado con el análisis e interpretación del arte paleolítico, que en la península ibérica tiene muestras de extraordinario valor; así como con las técnicas líticas e incluso con las reconstrucciones anatómicas.​

La teoría de la revolución neolítica implica para esta zona una interpretación difusionista para innovaciones como la agricultura o la cerámica,​ mientras que, desde posturas poligenistas, se argumenta que la metalurgia del cobre en el calcolítico (Los Millares, principios del III milenio a. C.) podría haber surgido de una innovación endógena, simultánea a un incremento de los rendimientos agrícolas por el regadío (acequia del poblado del Cerro de la Virgen de Orce), al amurallamiento y a la estratificación social.​

Ya en época plenamente histórica para el Próximo Oriente (pero protohistórica para Europa —Edad de los Metales—), el papel de las tierras del Extremo Occidente en el comercio de metales a larga distancia con las primeras civilizaciones fue fundamental para la incorporación de las técnicas metalúrgicas de la edad del bronce ; mientras que las de la edad del hierro fueron introducidas a finales del II milenio a. C. y comienzos del I milenio a.

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