el cumpleaños de la reina - rompecabezas en línea

El quincuagésimo cumpleaños de Adolf Hitler se celebró el 20 de abril de 1939 con una fiesta nacional a lo largo de toda la Alemania nazi y otras partes del mundo. Se enviaron regalos y telegramas de felicitación tanto desde otras partes del territorio alemán como desde los demás países del Eje. Los Aliados ignoraron el evento a nivel diplomático. La celebración del cumpleaños se compuso, entre otros eventos, del desfile más multitudinario de la historia del Tercer Reich, con unidades de las fuerzas terrestres, aéreas, marinas y paramilitares; en total, más de 50 000 hombres.

Celebraciones

El 18 de abril de 1939, el Gobierno de la Alemania nazi declaró el día del cumpleaños de su Führer Adolf Hitler, el 20 de abril, fiesta nacional.​ Las festividades se celebraban en todos los municipios del país, así como en la Ciudad libre de Danzig. El historiador británico Ian Kershaw apunta que los eventos que el ministro de Propaganda nazi, Joseph Goebbels, organizó en Berlín fueron «un asombroso y extravagante culto al Führer. La efusividad en la adulación superó la de cualquier aniversario anterior».​

Las festividades comenzaron la tarde anterior al día del cumpleaños.​ Hitler encabezó una comitiva de cincuenta limusinas blancas que recorrió el recién completado Eje Este- Oeste, diseñado por Albert Speer para desempeñar la función de bulevar central de la Welthauptstadt Germania, que sería la nueva capital después de que Alemania se impusiera en la Segunda Guerra Mundial.​ Hitler, que había anticipado que Speer pronunciaría un discurso, encontró divertido el hecho de que este anunciara brevemente que la obra ya decía suficiente por sí sola.​ El siguiente acto consistió en una procesión de antorchas procedentes de toda Alemania, que Hitler oteó desde un balcón de la Cancillería del Reich.​

Más tarde, a medianoche, los cortesanos de Hitler lo felicitaron y le entregaron sus regalos, incluyendo «estatuas de bronce fundido, porcelanas de Meissen, pinturas al óleo, tapices, monedas poco comunes, armas antiguas y muchos más regalos, gran parte de ellos kitsch. A Hitler le gustaron mucho algunos, se rio de otros e ignoró la mayoría».​ Speer le entregó a Hitler una maqueta a escala del gigantesco arco del triunfo que había esbozado para la reconstrucción de Berlín,​ mientras que el piloto de Hitler, Hans Baur, le dio un modelo de la « máquina del Führer», un cuatrimotor monoplano denominado Focke-Wulf Fw 200, que estaba previsto que fuera el aeroplano oficial de Hitler a partir de finales de ese año.​

Desfile militar

De entre todos los eventos que conformaron las celebraciones, el gran desfile militar que los nazis desplegaron para mostrar sus capacidad militar fue uno de los más relevantes. Uno de sus objetivos consistía en lanzar un aviso a las fuerzas aliadas.​ El desfile, que duró cerca de cinco horas, lo protagonizaron doce compañías de la Luftwaffe, doce del Ejército terrestre y otras doce de la Marina, así como unidades de la Schutzstaffel (SS). En total, participaron entre 40 000 y 50 000 soldados.​​ 162 aviones de guerra sobrevolaron Berlín.​ Veinte mil oficiales invitados​ y varios cientos de miles de espectadores presenciaron el desfile.​ Destacaron las piezas de artillería aéreas de largo alcance y se prestó especial atención a la artillería motorizada y al desarrollo de las unidades de defensa aérea.​ Goebbels, encargado de organizar el evento,​ transmitió el siguiente mensaje al pueblo alemán :

El Reich se asienta sobre la sombra de la espada alemana.

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