El gato salvaje africano o gato del desierto (Felis silvestris lybica) es una subespecie del gato montés (F. silvestris). Se cree que fue el primer gato domesticado, y que fueron los antiguos egipcios o alguna civilización relacionada quienes lo domesticaron, hace al menos 4000 años.
Descripción
Presenta un color entre arenoso y amarillo grisáceo, con rayas negras en lo alto de la cola. Su pelo es más corto que el del gato montés europeo (Felis silvestris silvestris). Además, el gato salvaje africano es más pequeño : su cuerpo mide de 45 a 75 cm de largo, y su cola entre 20 y 38 cm; y pesa de 3 a 6,5 kg.
Distribución y hábitat
Se encuentra en África y Oriente Medio en una gran variedad de hábitats: sabana, estepa, bosque, etc.
Comportamiento
Este felino es nocturno, está activo durante la noche y el crepúsculo (a veces también en días nublados), y en el día se refugia entre los arbustos. Cuando se siente amenazado se le eriza el pelo para aparentar ser más grande (rasgo común a otros mamíferos ). Es territorial y suele presentar grupos de un macho con pocas hembras.
Alimentación
Caza ratas, ratones, y otros micromamíferos, y en ocasiones pájaros, reptiles, anfibios e insectos. El gato del desierto se aproxima a su presa sigilosamente y la ataca cuando se encuentra a un metro de distancia, aproximadamente.