La crucifixión se narra en los evangelios, Según el Nuevo Testamento, Jesús fue arrestado, juzgado por el Sanedrín de Jerusalén y sentenciado por el procurador Poncio Pilato a ser flagelado y, finalmente, crucificado. En conjunto estos acontecimientos son conocidos como «la pasión de Cristo ». Algunas fuentes no cristianas, como Josefo o Tácito, también aportan una imagen histórica, aunque muy esquemática, de la muerte violenta de Jesús. Por otra parte, para la mayoría de los biblistas, la presencia de una inscripción o titulus de condena de Jesús de Nazaret —presente de forma unánime en los cuatro evangelios canónicos— constituye uno de los datos más sólidos del carácter histórico de su pasión.
El sufrimiento de Jesús y su muerte representan los aspectos centrales de la teología cristiana, incluyendo las doctrinas de la salvación y la expiación. Los cristianos han entendido teológicamente la muerte de Jesús en la cruz como muerte en sacrificio expiatorio. Los cristianos católicos y ortodoxos celebran la Eucaristía como actualización o continuación, independientemente del tiempo y del espacio, de este mismo sacrificio.
Por la "Pasión de Cristo " se entiende los "padecimientos que sufrió Jesucristo antes de morir en la cruz", sin relación necesaria a ningún evangelio particular, canónico o apócrifo, pero algunos han tratado de crear una armonía de los cuatro evangelios canónicos, como Taciano ya en el siglo II y entre académicos modernos K. Bornhäuser y P. Benoit. Esta narración armonizada nunca fue aceptada como homogénea, como demuestran, por ejemplo, las dísputas entre cristianos griegos y latinos sobre la fecha de la Pasión. Y la Iglesia siria, que adoptó el Diatessaron de Taciano, que armonizó los cuatro evangelios canónicos, prefirió después abandonarlo en favor de los síngulos evangelios. Y ya en el tiempo de Agustín de Hipona (354–430) se notaban las diferencias entre las narraciones de la pasión de Jesús que se leen en los evangelios canónicos, sin por eso rechazarlos.
El juicio y muerte de Jesucristo son narrados de formas que algunos autores consideran contradictorias debido a que los detalles mencionados en los evangelios no solo no son coincidentes entre sí, sino además en ocasiones opuestos.
Según los tres Evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas), Jesús fue arrestado en el jardín de Getsemaní por un grupo a las órdenes de los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, y fue identificado por Judas Iscariote con un beso. Según Juan, los que arrestaron a Jesús fueron guardias designados por los sumos sacerdotes y los fariseos, junto a un destacamento de soldados al mando de un "quiliarca", palabra griega habitualmente usada por los griegos para referirse a un tribuno militar romano, lo que parece presentar el arresto como obra de un oficial romano con soldados del praetorium. En esta versión Jesús se identificó a sí mismo.
Algunos niegan la históricidad de lo que dice Juan acerca de una participación de soldados romanos en la operación (Mommsen, Blinzler, Barrett, Lohse, Besnier), otros la aceptan ( Bruce, Goguel, Winter).
Tras su detención Jesús fue conducido, según los sinópticos, a la casa del sumo sacerdote Caifás. Según el Evangelio de Juan fue llevado primero ante Anás, quien después lo envió a su yerno Caifás, "sumo sacerdote aquel año". La tradición judía consigna la crueldad de la clase dirigente saducea: "¡Ay de mí por la casa de Janín (Anás), ay de mí por sus calumnias!". (Talmud, Pes.