Crucifixión de Jesús - rompecabezas en línea

La crucifixión de Jesús tuvo lugar en Judea entre los años 30 y 33 d. C. La crucifixión de Jesús se narra en los evangelios y se hace referencia a ella en las epístolas bíblicas. La mayoría de los historiadores y especialistas en el Nuevo Testamento reconocen que la crucifixión de Jesús de Nazaret es un hecho histórico,​​​ atestiguada por historiadores y otros autores no cristianos de los siglos I y II d. C. que la mencionan.​ Ha sido establecida como un hecho historico confirmado por fuentes no -cristianas; sin embargo, aun no existe un consenso entre historiadores sobre las circunstancias o los detalles de la crucifixión.​​

La crucifixión se narra en los evangelios, Según el Nuevo Testamento, Jesús fue arrestado, juzgado por el Sanedrín de Jerusalén y sentenciado por el procurador Poncio Pilato a ser flagelado y, finalmente, crucificado. En conjunto estos acontecimientos son conocidos como «la pasión de Cristo ». Algunas fuentes no cristianas, como Josefo o Tácito, también aportan una imagen histórica, aunque muy esquemática, de la muerte violenta de Jesús.​ Por otra parte, para la mayoría de los biblistas, la presencia de una inscripción o titulus de condena de Jesús de Nazaret —presente de forma unánime en los cuatro evangelios canónicos— constituye uno de los datos más sólidos del carácter histórico de su pasión.​​​

El sufrimiento de Jesús y su muerte representan los aspectos centrales de la teología cristiana, incluyendo las doctrinas de la salvación y la expiación. Los cristianos han entendido teológicamente la muerte de Jesús en la cruz como muerte en sacrificio expiatorio.​​ Los cristianos católicos y ortodoxos celebran la Eucaristía como actualización o continuación, independientemente del tiempo y del espacio, de este mismo sacrificio.​​

Detalles de la crucifixión de Jesús

Armonización de los evangelios

Por la "Pasión de Cristo " se entiende los "padecimientos que sufrió Jesucristo antes de morir en la cruz",​ sin relación necesaria a ningún evangelio particular, canónico o apócrifo, pero algunos han tratado de crear una armonía de los cuatro evangelios canónicos, como Taciano ya en el siglo II y entre académicos modernos K. Bornhäuser y P. Benoit.​ Esta narración armonizada nunca fue aceptada como homogénea, como demuestran, por ejemplo, las dísputas entre cristianos griegos y latinos sobre la fecha de la Pasión.​​​ Y la Iglesia siria, que adoptó el Diatessaron de Taciano, que armonizó los cuatro evangelios canónicos, prefirió después abandonarlo en favor de los síngulos evangelios.​ Y ya en el tiempo de Agustín de Hipona (354–430) se notaban las diferencias entre las narraciones de la pasión de Jesús que se leen en los evangelios canónicos, sin por eso rechazarlos.​

Juicio y condena

El juicio y muerte de Jesucristo son narrados de formas que algunos autores consideran contradictorias debido a que los detalles mencionados en los evangelios no solo no son coincidentes entre sí, sino además en ocasiones opuestos.

Según los tres Evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas), Jesús fue arrestado en el jardín de Getsemaní por un grupo a las órdenes de los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, y fue identificado por Judas Iscariote con un beso.​ Según Juan, los que arrestaron a Jesús fueron guardias designados por los sumos sacerdotes y los fariseos, junto a un destacamento de soldados al mando de un "quiliarca", palabra griega habitualmente usada por los griegos para referirse a un tribuno militar romano, lo que parece presentar el arresto como obra de un oficial romano con soldados del praetorium. En esta versión Jesús se identificó a sí mismo.​

Algunos niegan la históricidad de lo que dice Juan acerca de una participación de soldados romanos en la operación (Mommsen, Blinzler, Barrett, Lohse, Besnier), otros la aceptan ( Bruce, Goguel, Winter).​

Tras su detención Jesús fue conducido, según los sinópticos, a la casa del sumo sacerdote Caifás.​ Según el Evangelio de Juan fue llevado primero ante Anás, quien después lo envió a su yerno Caifás, "sumo sacerdote aquel año".​ La tradición judía consigna la crueldad de la clase dirigente saducea: "¡Ay de mí por la casa de Janín (Anás), ay de mí por sus calumnias!". (Talmud, Pes.

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