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Estilización de la violencia o estetización de la violencia son expresiones acuñadas para indicar la estilización[2] o estetización[3] que de la violencia se hace en distintas expresiones del arte, la cultura y los medios de comunicación.[4] Es muy habitual que se exprese conjuntamente con la estilización o estetización del sexo ( erotismo, pornografía, sexo y violencia, "Eros y Tánatos" -Eros, Tánatos-).[5] En términos psicoanalíticos se habla de "sublimación de la violencia ".[6]
La estética de la presentación de la violencia en el arte, la cultura y los medios de comunicación puede hacerse con muy distintos planteamientos morales (enfrentándose o no con sus consecuencias, caracterizando positiva o negativamente a las víctimas o a los agresores) y comunicativos ( su ocultamiento por la censura, la explotación del placer morboso[7] de su contemplación por el sensacionalismo, la banalización de la violencia [8] o su sublimación como un aspecto trágico). El modo en que la violencia y sus inevitables componentes atractivos se presentan al público o a determinada parte de él ( adulto y formado o inocente e infantil ) es objeto de toda clase de consideraciones desde muy antiguo, ya que está presente tanto en la literatura más respetada (la Biblia, la Ilíada, el Majabhárata) como en los productos subculturales más denostados (pulp); tanto los cuentos infantiles clásicos (a veces muy explícita, como en Caperucita roja o Hansel y Gretel ) como en los modernos dibujos animados. También ha sido objeto de reflexión meta-artística (El Quijote y los libros de caballerías).
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Poder de representación
Para Margaret Bruder [12] tales representaciones o referencias a la violencia son "estilísticamente excesivas... de una forma significativa y sostenida". Cuando la violencia se representa de tal manera en el cine, la televisión u otros medios, Bruder sostiene que los espectadores son capaces de conectar referencias entre el conjunto de imágenes y símbolos por un lado, y las obras de arte, convenciones artísticas y de género u otros conceptos y símbolos culturales.
En la "alta cultura "
La llamada "alta cultura " ha estetizado la violencia de tal forma que determinadas obras de las bellas artes y la literatura se han convertido en una forma de arte autónomo. Joel Blacl[13] aseguraba que " si algún acto humano evoca la experiencia de lo sublime es el acto del asesinato... si el asesinato puede experimentarse estéticamente, el asesino puede a su vez verse como una suerte de artista, un artista de la representación o anti- artista cuya especialidad no es la creación sino la destrucción".[14] Esta concepción del elemento estético del asesinato tiene su principal inicio en Thomas de Quincey (Del asesinato considerado como una de las bellas artes ):[15] "Todo en este mundo tiene dos caras. El asesinato, por ejemplo, puede ser tomado por su cara moral...