La aldea de la Reina (en francés, hameau de la Reine ) es una dependencia del Pequeño Trianón, en el Palacio de Versalles. María Antonieta encargó la construcción de la aldea en el invierno de 1782 a 1783, buscando un lugar en el que alejarse de la rigidez de la corte. Inspirada por las obras de Rousseau, María Antonieta anhelaba una vida más rústica, cercana a la naturaleza ; un pequeño paraíso en el que el teatro y la fiesta le hiciesen olvidar su condición de reina. La aldea, que también funcionaba como explotación agrícola, estaba influenciada por las ideas de la Fisiocracia y de la Ilustración desde el punto de visa de los aristócratas. Richard Mique fue el arquitecto encargado de construirlo basándose en la aldea del palacio de Chantilly y en los grabados del artista Hubert Robert.
En el centro se encuentra un estanque, donde se pueden pescar carpas y lucios. A su alrededor, en la parte norte de los jardines y en el límite del Pequeño Trianón, Mique erigió doce cabañas de entramado de madera inspiradas en la arquitectura normanda y flamenca. La aldea se componía de una granja que producía leche y huevos para la reina, una torre en forma de faro, un palomar, un gabinete, un granero, un molino y una casa para el guarda. Cada edificio incluía una huerta, un vergel o un jardín de flores. La construcción más importante era la llamada « Casa de la Reina », en el centro de la aldea, al lado del puente de piedra que cruzaba el río.
La aldea fue abandonada después de la Revolución francesa y desde entonces ha sido restaurada tres veces: la primera vez durante el reinado de Napoleón, entre 1810 y 1812, cuando se asentaron las bases de la aldea actual; la segunda vez en los años 30, gracias al mecenazgo de John Rockefeller Jr.; y la tercera vez a partir de los años 90, impulsada por Pierre-André Lablaude, director de arquitectura de monumentos históricos en Francia.
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