Los lobos (Canis lupus) son todavía, a pesar de la persecución de que han sido objeto, los cánidos con la distribución más amplia. Habitan en toda Eurasia y Norteamérica, y han sido introducidos en Australia. Su hábitat varía desde los témpanos de hielo de Groenlandia a los desiertos de Arabia o las selvas de la India. Tan vasta distribución ha permitido la aparición de distintas subespecies, que se diferencian en el tamaño, color y longitud del pelaje o proporciones del morro o las orejas. Se han descrito más de 50 subespecies de lobo. No obstante, revisiones posteriores han ido condensando la lista de subespecies, reduciéndolas en algún caso hasta 13 (una cifra más realista), 15 si se incluye al perro (Canis lupus familiaris) y al dingo (Canis lupus dingo) y 17 contando dos subespecies[¿cuál?] recientemente[¿cuándo?] extinguidas.
El perro está considerado una subespecie doméstica del lobo bajo el nombre de Canis lupus familiaris, a pesar de las múltiples formas domésticas existentes. Aquí se da una breve descripción de las subespecies salvajes y su estado actual:
Lobos de Europa, Asia y Oceanía
Lobo europeo (Canis lupus lupus): El lobo más típico, de tamaño medio y pelaje grisáceo a oscuro. Habita en los bosques de Europa y Rusia, aunque ha desaparecido de muchos lugares donde habitaba antiguamente.Habitualmente se divide esta subespecie en variedades, consideradas también en ocasiones como subespecies:
Lobo ibérico (Canis lupus signatus): Antaño presente en toda la Península Ibérica, estuvo a punto de extinguirse en los años 70, aunque pudo ser salvado gracias a la labor de varios naturalistas y divulgadores como Félix Rodríguez de la Fuente. Hoy es un animal protegido y se encuentra en expansión: se tiene noticia de que las poblaciones asentadas en Castilla y León están avanzando hacia Extremadura, Madrid y Guadalajara.