Érase una vez una hermosa niña. Su rostro era tan dulce y alegre que cualquiera que la mirara alguna vez tenía que amarla. La niña y sus padres vivían cerca del bosque. A menudo visitaba a su abuela, que estaba dispuesta a favorecer su cielo. La abuela vivía en una pequeña casa rodeada de un bosque verde. Un día, su nieta recibió un regalo de ella: una capucha de terciopelo rojo, que a la niña le gustó tanto que no quería separarse de ella y ¡la usó en todas partes en su maravillosa cabeza! Por eso empezó a llamarse Caperucita Roja”.
